sábado, 28 de agosto de 2010

Insolvencia

Hace tiempo que se agotó mi crédito. No sé como pagaré cuando el destino se quiera cobrar mi deuda. Y lo peor de todo es que... continúo firmando cheques sin fondo.

2 comentarios:

  1. Tenga usted el valor de declararse en bancarrota, es una liberación para el espíritu. Salga del armario de los inquilinos que fingen poder ser propietarios, diantres. No es por sus acreedores: es por usted.

    ResponderEliminar
  2. ¿Bancarrota? quien sabe, quizás cuando ya no me queden talones en la chequera...creo que será la única forma de librarme de esta lacra.

    (por cierto: de no ser por tu estupenda redacción, "anónimo", quizás no te hubiese reconocido).

    ResponderEliminar

Atrévete y dime lo que piensas, malandrín/a