Apunten: Junot Díaz. No se lo pierdan. Yo lo descubrí casi por casualidad:
Pues bien, hace un par de meses y sin conocimiento de causa, pedí al Círculo una novela de un tal Junot Díaz, cuyo título (no me pregunten por qué) me llamó la atención: “La maravillosa vida breve de Oscar Wao”.
Desde entonces han sido muchas horas de lectura “entronizado”. Porque sí, lo confieso, soy uno de los cienes y cienes de lectores tan ocupados en su vida diaria que aprovechan el paso matinal por la “roca” para disfrutar de dos placeres en un mismo lapso de tiempo. De facto, estoy dudando entre colocar una librería en el w.c. o instalar una taza (usease, excusado, letrina, inodoro o similar) en el salón. Creo que mi bolsillo y las visitas me obligarán a decantarme por la primera opción.
Sala de lectura, se ruega silencio
Pero bueno, a lo que iba, les cuento: Junot Díaz es un escritor dominicano afincado en U.S.A. con una narrativa muy ocurrente y entretenida que tiene tintes blogueros (al menos a mí así me lo parece) y que en su última novela cuenta la historia de tres generaciones de dominicanos, centrándose en la vida de Oscar, una especie de fusión de Norman, George Constanza y Cosmo Kramer (los amigos de Seindfel) con toques de Susan Boyle (él tampoco había besado nunca) aderezados con una pizca de Santiago Segura (gordito y friki cada vez menos orondo y más anodino) . Un fanático total de los cómics de ciencia ficción y los juegos de rol, que recuerda a uno de esos estudiantes del club de ciencias que salen en las pelis americanas, el típico gordito-feo-estrafalario-inseguro-soso que sólo algunas quieren como amigo y ninguna (ninguna, insisto) desea como amante. Vamos, un freak en toda regla o, como lo define el autor constantemente, un “nerd” dominicano, un "pariguayo".
La novela, amenizada por vivencias que parecen autobiográficas (de lo bien contadas que están), tiene un montón de “notas al pie” con las que el autor aprovecha para relatar algunas de las putadas injusticias que cometió el dictador dominicano Trujillo durante más de 30 años de dictadura (¿les suena a algo?). Una lección de historia caribeña en toda regla que muestra cómo todos los hijos de puta generalísimos se parecen mucho, pero mucho, mucho.
A mí, personalmente, el libro me ha roto el cliché que tenía de los dominicanos. Tanto por el prota, que es todo lo opuesto al tópico del caribeño (ya saben, el que se pasa todo el día pensando en culear al ritmo de un reggaeton , cuando no está “rapando” con “jevitas”) como por el autor: no me duele confesar que me sorprendió saber que un dominicano es profesor de la MIT y premio Pulitzer. Ya ven, un prejuicio más provocado por el gen conquistador-colonialista que todos los españolitos llevamos dentro.
En fin, una novela muy recomendable. Eso sí, si también son de los que utilizan la “roca” como salón de lectura, les advierto: van a acabar con las piernas entumecidas. La novela engancha.
Sus dejo con uno de esos temas que después de muuuchos años recuperas gracias al bienaventurado youtube (bendito sea).
Leer en el wáter? Amo demasiado la lectura! además yo hago unas visitas mu rápidas al roca, no me daría tiempo ni a abrirlo!
ResponderEliminarvaya, me lo apunto.
ResponderEliminarYo como la chica de ayer, en el roca tampoco, prefiero leer en la cama antes de dormir.
Pero me he quedado flipando con lo del optalidón y también con lo de la biodramina, que yo tomé alguna vez, jaja.
Yo fui del círculo, pero salí de esa secta hace unos meses, que no me salían las cuentas, jaja. Ya me los compro yo, o los pillo en la biblio, o me los prestan, será por lectura!
Jajajaja comparto contigo lo de leer en el "roca". xD
ResponderEliminarBesines. ;)
Habrá que leerlo, que lo vendes mu bien :-), pero no en el trono, que 9 de cada 10 proctólogos recomiendan visitas relámpago y nada de eternizarse. Naturalmente el décimo proctólogo es un hijoputa xD
ResponderEliminarChica, Carmncitta, Xenia: está claro que ni entre ricos y pobres, ni entre blancos y negros, ni entre cristianos y musulmanes. No. El mundo sólo se divide entre los que leen en la roca y los que no lo hacen.
ResponderEliminarReina: disimula, disimula, que yo sé que tú eres de las que le hacen caso al hijoputa...
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ResponderEliminarOh! Ah! aquí otro que lee en la serrería! (por lo de echar troncos al aserradero, ustedes me perdonarán la zafiedad).
ResponderEliminarMe ha resultado muy interesante el tema que trata el libro y, curiosamente, también me llama la atención el título. Además, me interesa el hecho de que se aporte información que contradiga el cliché del dominicano, que está bastante afianzado.
Me lo apunto (aunque a medio plazo, que se me acumulan!).
Dos apuntes adicionales:
1) Has rescatado el nombre de Tanita Tikaram de entre las cavernas más ignotas y profundas de mi memoria más primitiva donde se encontraba recluída desde hace décadas, ya sin esperanzas de volver a ver la luz del sol nunca más. No sé que haré con esto ahora.
2) Me ha encantado el juego de palabras; es muy tonto, pero esos son los mejores!
PS. Puxa ese Sporting de Primera!
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ResponderEliminarSe agradecen enormemente sus muestras de interés, Sr. Banshee, y muy especialmente la última referencia a ese magnífico equipo que sí, a pesar de todo lo que nos ha hecho sufrir, al final nos dió un alegrón del que muchos aún no se han recuperado.
ResponderEliminarVeo que, además de coincidir en la afición maderera que menciona (y que se me ocurre que es una expresión de reciclaje inaudita: el papel que se devora con los ojos, es expulsado en forma de troncos por ..ejem.. dejémoslo),probablemente también coincidimos en la edad: si conoce a Tanita Tikaram de sus días de gloria, es que se acerca a la cuarentena (o como poco, no baja de los treinta y pico).
Gracias de nuevo, y felicidades por su irrenunciable blog
P.D. Estoy teniendo terribles problemas con las entradas del blog. Dificultades de acceso a los comentarios que además no se publican correctamente, lo que me ha obligado a borrar las dos entradas anteriores. No, Reina, no es un estrategia para que aumentar el número de comentarios que aparecen en el post. Que te veo venir.
Sea tomada en cuenta su recomendación.
ResponderEliminarOiga.... su mamá no tendrá por ahí perdida alguna pastillica de esas ¿no?. Que no es que yo quiera ponerme a alucinar mientras veo a los ACDC ¿eh?, es sólo curiosidad...
Ejem, tengo 31 añitos bien llevados.
ResponderEliminarLa Srta. Tikaram triunfaba en una época en la que mis gustos musicales aún no existían como tales, o, como mucho, se encontraban en un estado embrionario, de modo que no tenía otra opción que someterme a los de mi hermana, que es tres años mayor que yo, lo que explica el aparente anacronismo.
Afortunadamente mi hermana siempre ha tenido unos gustos musicales exquisitos (doy gracias a la Providencia) y me considero afortunado de haber contado con ellos como parte de la materia prima con la que se fueron elaborando los míos propios.
Formidable la observación sobre el reciclaje!
Vale, venga, lo apunto para la próxima que acabo de hacer el pedido este mes.
ResponderEliminarPor cierto, mi madre también era de las de "me tienes harta" y la zapatilla volante (lo del círculo viene por parte de padre) en cuanto a las pastillas, ella sólo tomaba la aspirina con el café nada más empezar el día, pero eso sí, nos advertía constantemente de no mezclarlas con la cocacola, que eso "endrogaba"
mmmm..creo que no mari, pero el otro dia me encontré un ejemplar de otra pastillica, esta naranja (joe, complejo camello me está entrando, oiga) a la que le debo el haber aprobado (y con nota) cálculo y física en el primer año de la universidad: el celebérrimo KATOVIT. Pero la guardo con cariño, como recuerdo de mis años mozos.
ResponderEliminarCasualidades tiene la vida, banshee, yo también descubrí a Tanita gracias a mi hermano, aunque yo ya tenía (snif) edad de entendimiento. Este tema era uno de mis prferidos y lo pinchaba a menudo en la radio local (pirata, of course, cuando todavía no eran perseguidas, no te digo na y te lo digo to!)
Cierto Barbaria!!! peazo drogra barata, la aspirina con cocacola, jaja. Y sin embargo te daban como si nada aquél jarabe para la tos, "Lasa", con codeína como parar un tren. Menuda infancia yonki, xD.